Bailando con Lobos - Michael Blake

Hoy toca hacer un ejercicio de memoria en torno a un libro que leí hace ya unos cuantos años.
La novela no es otra que la obra que escribió en 1988 Michael Blake y que es de seguro recordada por muchos gracias a la sobrevalorada versión que Kevin Costner, años atrás cuando los estudios le dejaban dirigir y antes de ser defenestrado por la crítica de su profesión, adaptó para la gran pantalla en una más que cuestionable película que arrasó en los "Oscars" de su año, en 1990.
El guion fue adaptado por el propio autor que además de un fugaz estrellato se embolsó una estatuilla por el trabajo realizado sobre su propia novela que además le proveyó con una impagable publicidad.
Ahora, tras unos años transcurridos y satisfecha ya la necesidad americana de maquillar la imagen sobre matanzas y masacres hacia los nativos, poco recuerdo perdura de "Bailando con Lobos" o el teniente "Dunbar".

 Esta pequeña entradilla la prefiero clasificar como descriptiva más que como una queja amarga pero siendo sincero he de confesar un deje de irritación en ella porque una de las cosas que más me molestan son las modas "sociales" en las que todo el mundo se entrega al consumo de libros, películas, series, etc... De las que pareciese que poca o ninguna alternativa hubiese de refugiarse frente a la omnipresencia del fenómeno del momento.
Que hay decenas de series de mayor calidad en la parrilla o por internet, no importa, veamos justamente esa mediocridad de la que todo el mundo habla.
Que podemos escoger entre cientos de miles de obras literarias distintas o clásicos, no hay problema, el objeto recomendado, regalado y buscado será "50 Sombras de Grey" o el sucedáneo que lo sustituya.
 Mentiría si dijese que a mí mismo no me ha sucedido, al contrario, es precisamente porque me ha ocurrido en varias ocasiones que por ello me molesta tanto.
La saga Millenium El Código Da Vinci, son algunos ejemplos que se me vienen a la cabeza.
Y aunque con el paso del tiempo he aprendido a ignorar ese impulso que casi siempre se acompaña de decepción, cuando vuelvo a caer en él me siento como el que responde erróneamente a una pregunta aún a pesar de conocer la respuesta correcta de antemano.

Bailando con Lobos aún sin representar plenamente ese voluble movimiento de masas de los ejemplos citados anteriormente, sí "sufrió" de esas condiciones necesarias para estar en boca de medio mundo y por ende, beneficiarse de ello.
Así pues ¿Se beneficiaba también el lector?
Bueno, la calidad literaria de este "best-seller" está fuera de toda duda, sobre todo si la comparamos con otros libros que se han visto inmersos en esa misma situación.
Michael Blake en una conferencia de 2007
A mis manos llegó cuando tuve la altura necesaria para quitarle a mi padre su colección de libros de la leja donde los guardaba y buscarles un nuevo espacio en mi estantería donde desde entonces se encuentran.
Y lo cierto es que conociendo los gustos literarios del progenitor me extraña que este libro llegase a sus manos de otra manera distinta que no hubiese sido motivada por el éxito del momento.
Sea como fuere y como decía al principio, hace unos cuantos años y en cuestión de unas pocas tardes liquidé la novela de Blake: "Bailando con Lobos".

De consumo rápido, Blake nos cuenta la historia del teniente Dunbar, que tras ser herido en la guerra civil americana en una acción más suicida que heroica, es destinado a un fuerte fronterizo con la misión de prepararlo para la llegada de más efectivos.
Por motivos que no desvelaré, Dunbar quedará aislado y olvidado en el fuerte, circunstancias que propiciarán su acercamiento hacia una tribu de nativos, a la naturaleza y a su propio ser.
Como es de prever, su curioso acercamiento inicial hacia sus "vecinos" acaba por derivar en simpatía y empatía por parte de los dos bandos y desemboca un cercano estrechamiento entre ambas culturas.
Nuestro protagonista aprenderá a enfocar todo su mundo bajo un prisma totalmente distinto, donde una serie de nuevos valores florecerá en él.
Por supuesto, el amor en sus más diversas variantes y la aceptación entre diferentes, guiarán esta historia que depara un ritmo intenso y que consigue resultar relativamente fresca a pesar de cimentarse en torno a ideas ya vistas en multitud de ocasiones.
Porque no nos engañemos, no hay nada nuevo bajo el sol.
El personaje que alberga unos prejuicios inculcados y que mediante la experiencia personal aprende a desterrarlos y luchar por la misma causa de la que antes nada quería saber no resulta especialmente novedoso.
 Aun así, el escritor americano se sirve de estos mismos postulados y consigue dotarlos de la frescura necesaria para poder ambientarlos en uno de los periodos más oscuros de la historia americana (el exterminio de los nativos) y poder reivindicar la figura de estos y el papel que la sociedad americana jugó en el suceso sin resultar manida o aburrida.

Cartel de la película dirigida por Costner
A la par, la novela no deja de ser un canto a la naturaleza.
El aislamiento al que se ve sometido Dunbar le llevará a bucear en sí mismo para encontrarse de
nuevo, para volver a apreciar y respetar aquello que le rodea  pero que ignoraba.
Un viaje al que el lector tiene acceso a través del diario que el protagonista escribe durante su estancia en el fuerte y que jugará un papel fundamental durante los acontecimientos.
Y aunque es cierto que el elemento reivindicativo es constante a lo largo de la obra, Blake lo aborda con gran acierto al no ofrecer ningún juicio u opinión subjetiva enmascarado en algunos de sus personajes.
Es la historia de esas distintas personas que aprenden a entenderse la que lleva el peso del libro, y es a través de ese mismo proceso de entendimiento cuando se desprende ese halo de protesta, denuncia y de escarnio ante las injusticias cometidas, el que está presente durante toda la obra, sin pretender ser exaltado pero tampoco escondido a los ojos de los lectores.



Concluyendo: "Bailando con Lobos" resulta de ser una novela bastante interesante, ambientada en un marco histórico que juega un importante papel para conducir a los personajes y que acaba por convertirse en el corazón del relato.
Si hay algo que me gusta de esta historia, es el contacto que el personaje experimenta con la naturaleza, la llamada de lo primitivo, de los instintos, algo así como lo que hizo Conrad con "El Corazón de las Tinieblas" pero de una manera mucho más simplista y mundana.
Es cierto que quizás el tema que subyace en este relato no tenga el mismo atractivo para el individuo occidental frente al americano, quizás sea por la ingesta desproporcionada de "western" peliculero con las que nos ha atiborrado Hollywood desde pequeñitos, pero como le ocurre al mismo protagonista, si queréis experimentar esa época de una manera más veraz y honesta, a la vez que disfrutar de una buena historia, sólida y bien elaborada, "Bailando con Lobos" de Michael Blake os supondrá una lectura muy disfrutable.

 
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