El Dragón Rojo - Thomas Harris

Quizás el nombre de Thomas Harris no sea excesivamente conocido por el gran público pero es probable que si hablamos de su obra la cosa cambie bastante.
Harris es la mente que se encuentra tras la creación de uno de los personajes literarios (aunque paradójicamente y gracias a su adaptación a la gran pantalla, y recientemente a la pequeña con la serie basada en él, lo sea aún más en el ámbito cinematográfico) más carismáticos y mitificados de la literatura contemporánea de los últimos tiempos, el doctor Hannibal Lecter.

En ocasiones y por motivos que los propios autores nunca llegan a controlar o prever, determinados personajes trascienden más allá del papel y la tinta y pasan a convertirse en un icono o figura cultural;
Romeo y Julieta, Holmes y así, muchos otros.
En menor medida también ha sucedido con la criatura de Harris.
Pero no sería hasta 1991, cuando el genial Demme adaptase "El Silencio de los Corderos" que diera un paso de gigante para que su obra llegase a las masas, si bien el trabajo de Thomas Harris venia de muy atrás, de muy, muy atrás.
Su ópera prima,  Domingo Negro se remonta al ya lejano 1975 y no lo es menos la obra que nos ocupa.
El Dragón Rojo supuso su segunda incursión en la novela, se publicó en el no menos vetusto 1981 y en los últimos años ha gozado de una segunda juventud gracias a su adaptación a la gran pantalla en el 2001 y sobre todo a una excelente campaña de marketing empeñada en hacernos creer que es una suerte de novela precursora de la historia del afamado personaje de Lecter o primera parte de una saga. Nada de eso.

El Dragón Rojo relata la persecución contrarreloj del F.B.I. para capturar a un asesino en serie conocido como el "Duende Dentudo". Para ello, se sirven de Will Graham el agente que capturó a Lecter y principal personaje de la novela.
A lo largo de la trama y de una manera que no voy a desvelar para no estropear sorpresas, Lecter comienza a ganar protagonismo, manipulando a los protagonistas para desarrollar un frenético clímax en el desenlace de la novela.
A pesar de ello, su papel es secundario y permanece la mayor parte en la sombra. Los verdaderos protagonistas son perseguido y perseguidor, pero es cierto que en determinados momentos la novela da la sensación de ser un ensayo para la postrera El Silencio de los Corderos.
¿Es eso algo malo? 
En absoluto, cuando las cosas se hacen tan bien como Harris lo hace con esta historia, se antoja difícil el poder achacarle algún matiz negativo.
 La historia es sólida y esta ejemplarmente narrada, repleta de sorpresas, (algunas de ellas muy buenas) y giros que se desgranan página a página.
Los dos personajes principales están perfectamente construidos y elaborados, sobre todo el inquietante antagonista, pero el buen hacer del escritor consigue crear un equilibrio cuasi perfecto entre ellos, ninguno opaca o deslumbra al otro, algo que los secundarios contribuyen a reforzar en esta historia gracias al excepcional esfuerzo de Harris por "llenarlos de vida" y dotar a esta historia de una sólida credibilidad y plausibilidad dentro de su ficción.

El gran Dragón Rojo y la Mujer Revestida en sol, William Blake.

 Uno de aspectos más positivos, que el lector puede encontrar, es descubrir lo increíblemente fresca que resulta esta historia a pesar de contar con sus más de 30 años. Es un libro que ha sobrellevado muy bien el paso del tiempo y eso es algo muy de agradecer.
Además, la novela siempre conserva algún as en la manga y la capacidad para sorprender al lector, incluso a aquel curtido en este tipo de historias, permanece prácticamente intactas.
La acertada narración que el autor le confiere al libro ayuda a hacerle acreedor de un estilo muy dinámico y estructurado que consigue que el relato se devore rápidamente sin caer en engaños al lector o manidos "cliffhangers", a mí personalmente me duró dos o tres tardes en su entonces.




Son pocos los puntos flacos que puedan decepcionar al lector, quizás aquel que espere encontrar un mayor protagonismo del hipnótico personaje de Lecter se sienta defraudado, y es comprensible, pues sólo hay que ver la portada de las ediciones actuales para comprender hasta qué punto el personaje ha opacado a la obra, pero lo cierto es que El Dragón Rojo se erige como una trepidante novela de intriga, suspense y violencia con nombre y sello propio
La historia se conforma de una manera muy sólida en su desarrollo gracias a la soberbia elaboración en su narración que demuestra el esfuerzo conferido por el autor para evitar crear una historia del montón.
Una historia que conforme avanza en su desarrollo se va tornando más inquietante y va adquiriendo un tono más oscuro y una atmósfera más opresiva, más claustrofóbica.
A ello hemos de sumar el mimo con el que Harris crea unos secundarios sublimes que potencian y complementan la historia de una manera excelente y una serie de sorpresas y detalles a lo largo de sus páginas perturbadores a la par que geniales y que confieren a este relato una identidad propia e imperecedera.

Una novela redonda en su género, de la que poco queda por decir y por la que no queda más que recomendarlo a cualquier clase de lector.


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2 comentarios:

  1. Un detalle que creo que no has mencionado: La primera adaptación al cine de El dragón rojo data de 1986, con la película Manhunter ;) La de versión de 2001 es la segunda adaptación (y muy inferior a la primera, por cierto).

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  2. No te falta razón.
    Siempre he andado detrás de echarle un ojo a la versión de Mann, pues casi todo el mundo coincide en que es superior a la versión de 2002 (y que conste que esta última me gusto bastante más de lo que esperaba) pero hasta la fecha no he sido capaz de encontrar un "ripeo" de calidad : (
    El caso es que a raíz de tu comentario me he decidido a "sacrificarme" con uno que he encontrado a ver qué tal, aunque supongo que con Mann será complicado no disfrutarla.

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