Drácula - Bram Stoker



Imperecedera, atemporal, clásica... si hay una historia o mito que haya sobrevivido al paso del tiempo, pocos ejemplos son mejores exponentes que la novela del irlandés Bram Stoker.
Sólo hay que echar un vistazo alrededor para darse cuenta de la cantidad de hijos bastardos que se siguen alimentando de su inacabable influencia.
Series de televisión, películas, literatura, generalmente con más pena que gloria pero influidas todas ella por la obra de Stoker.
Cierto es que no fue su mente la creadora de la leyenda pero sí que fue su pluma la encargada de conferirle solidez y matices que terminarían de asentarla y transportarla a lo largo de los años hasta nuestros días y que otorgarían al libro el estatus de "novela de culto" hasta el punto de haber opacado el resto del trabajo del irlandés, aunque supongo que es el precio a pagar por escribir un clásico.




 La historia arranca cuando un joven abogado inglés de nombre Jonathan Harker, es enviado al recóndito castillo del conde Drácula, en la remota región de los Cárpatos, Transilvania, para cerrar las ventas de unas tierras.
Al poco de su llegada comenzará a percibir lo extraño del lugar y las oscuras "particularidades y hábitos" de su anfitrión que no tardará en hacerle prisionero.
Mientras tanto, el conde decide emprender un viaje hacia Inglaterra donde se desarrollarán una serie de acontecimientos que acabarán por complicar la trama e involucrar al resto de personajes, alguno de ellos tan carismático y conocido como Van Helsing.
Una trama de la que nada desvelaré para no estropearos la lectura.

Lo que más llama la atención cuando uno comienza a devorar páginas es la estructura narrativa de la historia, pues esta se encuentra en toda su extensión en un formato epistolar, es decir en un intercambio de cartas y documentos entre los diversos personajes.
Ambientada en el periodo decimonónico,  hoy en día su capacidad de impacto o impresión es lógico que se haya visto mermada pero aun así consigue abordar determinados temas como el sexo y la sexualidad o el colonialismo con algunos pasajes bastante perturbadores (sirva de ejemplo la visita nocturna de tres personajes al personaje de Harker) y evidencia del por qué en su momento fue una historia transgresora.

Es la ambientación y folclore creado alrededor de la obra los verdaderos pilares de la novela, los personajes, a excepción de Drácula, llegan en ocasiones a resultar demasiado románticos en el sentido más purista del término y acaba por conferir al trabajo una serie de altibajos en su narrativa que en ocasiones rompen con la tensión de la trama.
Bram Stoker
Resulta un tanto irreal que en situaciones problemáticas o de vida y muerte se dediquen tantas líneas poéticas a un ser querido en vez de ser más analíticos o prácticos con la situación, por poner un ejemplo, aunque por otra parte es comprensible, pues en aquella época el Romanticismo causaba furor en la literatura.
Pero como decía, es su ambientación, lóbrega, oscura, romántica, sensual y sexual lo que confiere al libro un halo único e inigualable que se respira en todas sus páginas, a lo que hemos de sumar el folclore y ritualismo creado en torno a una figura que se ha vuelto perpetua e infinita:  
El Conde Drácula.
Irrepetible, gestado de entre tradiciones y paganismo para convertirse en uno de los iconos de la literatura en general.
La profundidad y dimensión que el escritor le confiere a este personaje es precisa e impecable como pocas veces uno puede encontrar en los libros y no es desmedido afirmar que por el hecho de observar el desarrollo de este personaje es motivo sobradamente justificado para encarar su lectura, pero como Stoker es un gran escritor tuvo a bien el dotar a la historia de otras muchas virtudes.

A la soberbia ambientación y al magnífico folclore narrado hemos de sumar una historia lo suficientemente atractiva como para que el lector no se despegue de ella hasta su desenlace, si bien a su vez este fue para mí el punto más flojo; el final.
No sé si alguien coincidirá conmigo, pero me resulto un tanto "increíble" aunque no por ello se transforma en un hándicap que empañe la magnífica experiencia que supone acompañar a sus personajes por su homérico periplo.
Por contra, es en el apartado de los personajes donde quizás se encuentre su punto más irregular, es comprensible que "Drácula" opaque al elenco sobrante debido a sus "características", pero lo cierto es que el resto de ellos tampoco resultan lo suficientemente empáticos como para sentir afinidad por sus emociones a lo largo de la aventura.

Afortunadamente es en el conjunto donde la obra gana grandes enteros.
La tensión que alberga en determinados momentos y que llegan a transmitir el ambiente ominoso y lúgubre está realmente trabajada y sirve de grandioso complemento a una historia única e irrepetible.
Es cierto que Stoker elige el dinamismo inherente al formato narrativo epistolar frente a la oportunidad de crear un texto más claustrofóbico mediante el uso de una prosa libre y continuada, pero quizás por ello sea más meritorio la atmosfera conseguida por el escritor.
Es cierto que el componente romántico que abunda en la novela a veces rompe con los pasajes más próximos al terror y la intriga más descarnada, pero aun así, "Drácula" debe ser una lectura obligatoria que para bien o para mal, no dejará indiferente a nadie.


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