Loteria solar - Philip K. Dick

Si tuviese que elegir un autor como máximo exponente a la hora de desenvolverse en los terrenos del relato o el cuento, probablemente sería Philip K. Dick. Sus colecciones de cuentos son poco menos que imprescindibles si degustas el formato y obligatorias si disfrutas la ciencia ficción. 
Es uno de esos autores cuya obra paso desapercibida en vida y minimizada en importancia. Murió poco antes de que se adaptase a la gran pantalla la que probablemente sea su novela más célebre, "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", aunque para la masa siempre será conocida como "Blade Runner",  y a pesar de que en alguna ocasión ha parecido que resurgía de sus cenizas cual ave fénix, generalmente debido al éxito de alguna adaptación cinematográfica de su obra como pueda ser "Minority Report" o "A Scanner Darkly" por citar algún ejemplo, nunca ha conseguido escapar de ese limbo literario en el que se encuentra sumergido.
Y si bien algún día hablaremos sobres sus ya mencionados relatos, esos que sirvieron para que un servidor descubriese al autor, hoy le toca el turno a la novela que supuso su puesta de largo en un género que estaba llamado a refrescar.

Lotería Solar es el primer ejercicio de largo recorrido por parte del americano, uno de pura inventiva y creatividad desbordante, cargado de buenas ideas, pero una primera itinerantica en unos compases y estructura en los que se evidencia, el autor no dominaba por entonces.

Dick nos sitúa en un futuro en el que el máximo dirigente (llamado "presentador") de una confederación de planetas es elegido mediante un método azaroso llamado "la botella". A través de los conocidos como "saltos", este método designa un nuevo "presentador", Leon Cartwright.
El mandatario saliente planea a su vez el asesinato del novel dirigente para recuperar el poder perdido, posibilidad legalmente contemplada en la historia planteada, y para ello recurrirá a un androide controlado mentalmente hasta por una treintena de personas simultáneamente para poder burlar al ejercito de telépatas encargado de proteger al recién elegido "presentador".

Dick murió el 2 de Marzo de 1982.
 Esta escueta sinopsis puede llevar, y casi seguro que lo hace, a confusión, y ese es probablemente el mayor hándicap de la novela.
Dick no termina de encontrar el equilibrio en su narrativa, ofreciendo capítulos confusos y precipitados en su desarrollo, especialmente hacia el epílogo, donde se hace palpable una apresurada y atropellada estructura que no le sienta nada bien a la novela, amén de personajes a los cuales les falta una mayor complejidad y profundidad, si bien, paradójicamente, el androide protagonista, Pellig, resulta el mejor avenido, humanizado y construido de todos ellos.
También hemos de sumar la inconsistencia estructural al plantear algunos interrogantes de los que no se obtiene respuesta: las motivaciones de la secta; el método de selección (la llamada botella); la manera en la que el protagonista orquesta su elección, y alguno más que me dejo pendiente, pero que se dejan ver continuamente a lo largo del desarrollo y provocan esa pequeña comezón de ser consciente de que no todo encaja fluidamente, o al menos, no como debería.

Afortunadamente, son más las virtudes que los defectos.
La trama es lo suficientemente atractiva como para querer conocer el desenlace y algunos momentos son más profundos de lo que pueda entreverse en una primera instancia y sirven para abrir la puerta a algunos leitmotiv que estarán presentes a lo largo de toda la obra del autor como pueda ser la autoconsciencia o la paranoia. 
Lotería Solar es una ligera aproximación a alguno de los ejes que a la postre se convertirán en pilares dentro de la obra del escritor.
 Funciona debidamente como una novela de ciencia ficción de aventuras más próxima a Verne que a la vertiente más purista del género propias de Crichton o Asimov y aunque quizás le falte esa mayor fluidez en su estructura y narrativa no deja de ser un digno entretenimiento ideal para iniciarse en la obra del americano.


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