Pocos escritores pueden presumir de una obra tan prolífica como Agatha
Christie y son menos aún los ejemplos se me vienen a la cabeza, quizás King,
más probablemente Oates.
Sea como fuere, lo cierto es que el echar un simple y rápido vistazo a la
bibliografía de la "reina del crimen" invita al asombro.
Para esta ocasión os traigo la primera recopilación de historias cortas que
la autora confeccionó allá por el 1924 y que tenía como absoluto protagonista
al personaje más célebre que su pluma concibió, el detective belga famoso por
sus "células grises", Hercule Poirot.
La compilación en cuestión se compone de 11 relatos cortos, escuetos ellos,
pero que transpiran el inimitable e inigualable sello de la autora, bien
elaborados, sólidos y precisos en sus desarrollos.
Una colección que puede suponer una gran aproximación a la obra de la autora
tanto para aquellos seguidores "leales" a la inglesa como para
aquellos que quieran darle una oportunidad y dejarse seducir por su prosa o
simplemente de disfrutar del género policiaco o de una entretenida lectura.
Y es que no hay que dejarse engañar por el formato la autora escogió, el de
relato corto, pues en esta ocasión se cumple la máxima de: "menos es
más".
El talento que Christie despliega a la hora de construir estas
pequeñas historias de 10, 15 o 20 páginas hace que el factor de la brevedad en
las que se integran juegue en su favor al dar lugar a narraciones dinámicas y
vertiginosas, pero como siempre, bien resueltas, desgranadas y con unas
resoluciones en las que todo encaja como la maquinaria de un reloj, vamos, como
la autora nos tiene acostumbrados.
Once relatos, algunos de ellos muy destacables como "La Aventura
de la Estrella del Oeste" o "La Aventura de la Tumba
Egipcia" que no hacen sino engrandecer aún más esta memorable
colección en la que todo su conjunto raya a un nivel muy alto.
Crónicas que en su breve extensión encierran una gran intensidad tras unos
insignificantes, al menos en apariencia, prolegómenos, de los cuales, a la
autora siempre gustó servirse para enmascarar las elaboradas tramas que tan
célebre la hicieron.
Conducidas todas ellas por el personaje Hercule Poirot y secundadas
la mayoría por su inseparable compañero Hastings, Christie nos
deleita con toda una suerte de casos que nos llevan a investigar
envenenamientos, robos o secuestros y que se ambientan en lugares tan variados
como Egipto o la Inglaterra más aristocrática, entre otros.
Es cierto que este libro quizás adolezca de la fuerza y garra de otros
trabajos más emblemáticos y conocidos de la inglesa, pues es comprensible que
no se pueda procurar la misma profundidad e interés por los personajes o los
hechos en 20 páginas que en 200, pero esta recopilación ha de tomarse como lo
que es y no confundirla con sus "hermanas mayores" más famosas, y no
es otra cosa que una delicatessen de la que disfrutar y paladear
para conocer (o refrescar) la gran obra que esta extraordinaria autora nos legó.
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