El Corazón de las Tinieblas - Joseph Conrad

Sin duda alguna, El Corazón de las Tinieblas es la obra más conocida del polaco Joseph Conrad.
Fue escrita en 1899 y desde entonces se ha convertido en todo un referente.
La historia nos cuenta la travesía a través del río Congo hasta lo más profundo y recóndito de la selva. Marlow, es el marinero y patrón al que se le encarga la misión de encontrar a Kurtz, el líder de una de las explotaciones de marfil.

Partiendo de esta puesta tan simple, Conrad construye todo un microcosmos alrededor de estas dos figuras donde la naturaleza más primigenia, tanto de hombre como de natura es el absoluto protagonista.
A lo largo del viaje, Marlow, empieza a experimentar una ambigua y extraña atracción hacia la figura de Kurtz, hacia la tierra en su estado más virgen y primitivo, todo se rodea con un aura de misticismo, la figura del jefe de la explotación comienza a imbuirse en su mente como un ser incierto, turbio, simbólico y fascinante. Comienza a experimentar una suerte de comunión con su entorno y a desligarse de las "ataduras" más convencionales de su Europa nativa.
La Selva "responde" a Marlow, en una evidente y descarnada crítica al imperialismo de entonces, mostrando todas las atrocidades cometidas contra los nativos por aquellos que a sí mismo se llamaban civilizadores.
El saqueo, el expolio de la tierra o las brutalidades más obscenas que se cometen contra los indígenas.
La suma de todos los elementos acabará por sumergir a Marlow en "El Corazón de las Tinieblas".

Este relato, presentado en forma de novela corta y dividida en tres partes, no es un relato al uso.
Aun resultando una lectura muy entretenida no es un libro fácil de leer o comprender.
Las interpretaciones pueden ser muy amplias y variadas, pero el papel protagonista de la naturaleza es innegable.
La obra tiene un evidente componente metafísico, un descenso al ser más primitivo y su entorno, un algo primigenio que arrastra a nuestros protagonistas a la más lúcida de las locuras...
Conrad deja muchas puertas abiertas para que el lector escoja su propio camino, su propia interpretación.
Para ayudar en este menester, el polaco se sirve de una prosa fundamentalmente descriptiva (las líneas de diálogo son muy, muy escasas) y cargada de adjetivos que evidencian, una vez más, el importante papel de la axiología conferido en esta historia.
Una prosa muy rica, simple y fácil de consumir, pero con una infinidad de "sabores" y matices, que nos guía desde los primeros compases en Londres, a una remontada a través de un oscuro Congo para acabar en un enigmático y ambiguo encuentro entre Marlow y la mitificada e inabarcable figura de Kurtz.

El Corazón de las Tinieblas es un libro único, que resulta en una apreciación distinta para cada lector, una lectura diametralmente opuesta con la ingente mayoría de las letras, ardua en su comprensión a la par que satisfactoria, pero evidentemente, y eso es algo que se extrae al poco de comenzar su recorrido propuesto, no es un libro de masas o gran público.
Es un libro distinto, abocado a la metafísica y al existencialismo más puro pero disfrazado de cuento, envuelto en un halo de indescifrable y atractivo oscurantismo, que intenta indagar en nuestra naturaleza más ancestral.
Un viaje distinto que no dejará indiferente al que lo sepa disfrutar.

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