Sagas, sagas
y más sagas.
Lo cierto es
que uno rebusca entre las obras de los autores y descubre una infinidad de
colecciones:
La Torre
Oscura de King,
la Saga de Ender de Scott, la extensa Rueda del Tiempo de Jordan, Lehane,
Herbert, Cornwell, Martin, Benítez... y así, un sinfín de autores que en
mayor o menor extensión se han entregado a este estilo y formato.
Hoy os voy a
hablar del primer capítulo de una de las susodichas, una serie que consiguió
aunar halagos de la crítica y ventas por millones (en especial las primeras
entregas) pero que irónicamente sigue siendo una desconocida para el gran
público en general.
El Clan del
Oso Cavernario significó la
puesta de largo, allá por el ya lejano 1980, de la colección: Los Hijos de
la Tierra y que ha continuado hasta nuestros días, habiendo sido
publicada su sexta y supuesta última entrega en el todavía reciente 2011.
Si bien la
saga ha perdido enteros en calidad y creatividad, sobre todo en los capítulos finales, el valor literario y documental de la obra sigue siendo inmenso, particularmente en esta primera inmersión prehistórica. Y creedme cuando os digo que son pocos los libros que existen como el que nos ocupa.
Las novelas
relatan la vida de Ayla, una niña Cromagnon de 5 años, que tras
perder a toda su tribu y familiares en un terremoto, es rescatada por un clan
de Neanderthales cuando ambas especies convivían y compartían la tierra.
Partiendo de
este incomparable marco, seremos testigos del día a día para ganarse su puesto en el clan y su titánica
lucha por la supervivencia dentro de una rudimentaria, violenta e inflexible sociedad;
sufriremos con sus penurias y nos animaremos con sus pequeñas y escasas
conquistas.
Esta novela narra los primeros años de vida de la protagonista y sin ningún género
de duda, resulta la mejor entrega de la saga, pero no sólamente eso, El
Clan del Oso Cavernario es un imprescindible de la novela histórica y una
auténtica obra maestra de la literatura.
La autora
americana Auel concibe y crea una poderosa y soberbia historia en
un entorno impagable, creativo, inexplorado y extraordinario como pueda ser la
Época Prehistórica, con unos
personajes majestuosos y perfectamente construidos, a los que uno rápidamente
coge cariño o antipatía, según su autora haya dispuesto.
Pocos
escritores pueden hacer gala de esa pericia a la hora de conseguir transmitir emociones, una habilidad que está perfectamente ejecutada y que parece estar impresa con una pasmosa eficacia en esta ficción.
Ayla, la protagonista, es uno de los
personajes mejor definidos que un servidor haya disfrutado nunca (siempre
refiriéndonos a esta entrega, ya llegaremos a las siguientes), una figura
cargada de miedos a los que sobreponerse y obstáculos que vencer, Auel es consciente de ello y sabe evitar caer en el proteccionismo, la novela es dura y oscura, en ocasiones mucho, contando además con un epílogo formidable, redondo, en pocas palabras: Perfecto.
Es harto complicado el mantener un nivel de calidad así a lo largo de toda una saga, es por ello que en mi
opinión, El Clan del Oso Cavernario debía haber comenzado y finalizado en esta única y sublime
entrega.
Hemos de
sumar a lo anteriormente expuesto una ambientación y recreación del periodo
poco menos que excelsa, que pone de manifiesto lo laborioso y minucioso que ha
debido de ser la tarea de documentación por parte de la escritora para con la
época, ritos, sociedades e infinidad de información y detalles que nos
conmina a imaginar que aquellos tiempos debieron ser más que similares a lo que
se describe en las páginas del libro.
Por poner
algún "pero", os diría que quizás la autora abuse de ciertos
paralelismos entre la novela y las sociedades actuales, que aun sin tener
especial relevancia para el relato, sí que resultan un tanto forzados.
No es
menester el señalarlos, ya que cualquier lector que decida sumergirse entre sus
páginas los identificará a su debido tiempo pero sin mayor trascendencia que el de
unas pequeñas prerrogativas ejecutadas por parte de la autora para ayudar al desarrollo de
la historia.
Y hablando
de la historia, la narración encargada de transmitirla resulta sólida e
intensa, muy intensa, es posible que en las primeras páginas uno puede verse abrumado
por tanta información y por un desarrollo no tan dinámico como cabría
esperar. Nada más
lejos de la realidad, una vez superados los compases iniciales, la americana
imprime una excelente progresión que no se desprende, ni se detiene hasta que
hemos acabado su última página, hasta que no hemos asistido al desenlace y
descubierto que sucede con Ayla, Brun, Broud, Iza, Creb y demás
personajes que pueblan esta excepcional obra que no encuentra parangón alguno dentro
del mundo de las letras, y es que, uno concluye el libro no sólo teniendo la
percepción de comprender y entender un poco mejor de dónde venimos, el cómo y
el por qué, sino también emocionado, teniendo la sensación de haber recorrido
un increíble e irrepetible viaje, y eso amigos, eso es algo de lo que muy pocos
libros pueden hacer valer.
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